Esplendor ilustre en su historia: la nobleza cordobesa viste el escapulario del Carmen.
Durante el siglo XIX la Archicofradía sigue creciendo, como hemos visto, en número de hermanos, contándose sus devotos por toda la ciudad. Dentro de los libros de hermanos llama la atención la presencia de gran parte de los títulos nobiliarios de la ciudad:
-Excmos. Sres. Conde y Condesa de las Quemadas.
-Excmo. Sr. Marqués del Billar.
-Excma. Sra. Marquesa de las Escalonias.
-Excma. Marquesa Viuda de Gelo.
-Excmos. Sres. Conde y Condesa de Casillas de Velasco.
-Excmos. Sres. Conde y Condesa de Cárdenas.
-Excmos. Sres. Marqués y Marquesa de Villaverde.
-Excmos. Sres. Duque y Duquesa de Hornachuelos.
-Excma. Sres. Marqueses de Benamejí.
Todo lo más granado de la alta aristocracia cordobesa se une a los fieles del pueblo para fomentar la devoción a la Reina del Escapulario. El Marquesado de Benamejí es el que aparece ocupando el cargo de Camarero o Camarera, según ostente el privilegio el Sr. Marqués o la Marquesa. La Marquesa de Benamejí legará sus joyas a la Virgen del Carmen, conservadas hasta el día de hoy. Este cargo será ocupado en el siglo XX por la Condesa de Cañete de las Torres, ilustre bienhechora de la Santísima Virgen.
En la actualidad las Marquesas de la Vega de Armijo y de la Cueva del Campo continúan esta tradición.