Finaliza la cuaresma y a tan solo unos días de que brote el azar y el viento sople moviendo las palmas del Domingo de Ramos, la iglesia de San Cayetano se prepara para la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro señor Jesucristo. María rota de dolor sufre en silencio el daño causado por los siete puñales que traspasan su corazón, afligida sostiene un pañuelo que no solo seca sus lágrimas, seca también el sudor y la sangre derramada por Jesús, su tez pálida expresa el desconsuelo de una madre que espera que todo se consuma y que su hijo vuelva para mostrarse al mundo.
María santísima de las Penas se muestra ataviada de luto para la semana santa por su vestidor D. José Miguel Varona Luque, autor también de las fotografías que se muestran.