Cuando llegan los días de preparación de los Santos y
los Difuntos, la mirada se vuelve a esas láminas antiguas, sobre las cabeceras
de las camas, en las que la Madre del Carmen intercede, poderosa, sobre las
ansiosas ánimas del purgatorio para alcanzar el esperado Paraíso.
Será uno de los ejes fundamentales de la devoción
carmelitana. Desde los siglos XIII y XIV, los laicos comienzan a pedir la
participación en los bienes espirituales de la Orden del Carmen, conservando su
condición de seglares, en medio del mundo. Aquí aparece de lleno el suceso
fundamental desde la tradición de la Orden de la Entrega del Escapulario a San Simón Stock. Según esta tradición,
san Simón Stock, en el siglo XIII, sobre el año 1251, habría tenido una visión
de la Virgen que le entregaba el Escapulario con estas palabras: Ésta es una señal de salvación para ti y
para tus hermanos: los que mueran vestidos con él se salvarán.
El lugar de la aparición se sitúa en Cambridge o en
Aylesford, en la noche del 15 al 16 de julio del referido año de 1251. Aunque
la forma de transmitir estos datos no se hiciera con la veracidad que hoy
acostumbramos es tal fuerza de este suceso que pronto se convertirá en señal de
la protección continua de la Virgen María sobre toda la Orden del Carmen. Aunque
es común a muchas órdenes, en ninguna ha permanecido con tanta fuerza como en
el Carmelo.
Las palabras de la Virgen en la entrega del
escapulario anunciaban su intercesión en la hora de la muerte, así nace el Privilegio Sabatino. El origen parte
también de una visión de la Virgen al papa Juan XXII donde le promete la
salvación y liberación del purgatorio a todos los carmelitas el sábado después
de su muerte. Y carmelitas son no sólo los que han hecho su profesión religiosa
en el Carmelo, sino también los laicos que participan de los bienes de la
Orden, los que visten su escapulario. Es decir, había que vestir el hábito, el
escapulario (un tiempo fue antes la capa blanca), observar la castidad según el
estado propio, recitar las horas canónicas, practicar el ayuno y abstenerse de
carne el miércoles y el sábado.
La fecha de la Bula
Sabatina es el 3 de marzo de 1322. Las condiciones de este privilegio
encajan muy bien con la espiritualidad carmelitana, donde hay que honrar a
María con la castidad según el estado propio, recordando que somos hermanos de
la Virgen Purísima. Los pontífices fueron aprobando y renovando esta bula en
las centurias siguientes, poniendo de relieve el bien que hacía en el pueblo de
Dios, como la bula Ex clementi del 12
de agosto de 1530. No pocas fueron las ocasiones en que desde diversos lugares
surgían voces para que no predicasen los carmelitas este privilegio sabatino,
confirmado y ratificado por fin el 20 de enero de 1613. Se permitía a los
carmelitas predicar que los miembros de las cofradías puedan creer que, según
el privilegio, la Virgen del Carmen los ayudaría con su intercesión y
protección especialmente el sábado después de su muerte. En las
representaciones artísticas se especifica que la Virgen no podía sacar ella
misma las almas del purgatorio, sino por mediación de los ángeles.
Y nació esa ingente cantidad de representaciones
artísticas sobre la intercesión del Carmen por los difuntos, los artistas como
Tiépolo, Espinal, Cristóbal Ramos y tantos otros, han dejado magníficas
muestras de la bondadosa protección de la Virgen del Monte Carmelo en la hora
de la muerte, recordando el viejo lema del Escapulario: En la vida protejo, en la muerte ayudo y después de la muerte salvo.
Este decreto fue insertado en el Índice de las Indulgencias bajo el pontificado de Inocencio XI, el
22 de marzo de 1678. Fue renovado bajo Pío X en el índice de 1908, y casi
repetido por Pío XII, gran devoto del Carmen, en la carta apostólica Neminem profecto latet, del 11 de
febrero de 1950: Ni la piadosísima Madre
dejará de intervenir para que sus hijos detenidos en el purgatorio por sus
faltas alcancen lo más pronto posible la patria celeste, por su intercesión,
según el tan conocido privilegio sabatino transmitido por la tradición.
Por esta razón, en torno al día 1 de noviembre
numerosas imágenes del Carmen realizan rosarios de ánimas o visitan el
Cementerio de su localidad, como este año la Venerada Imagen de Nuestra Señora
del Carmen Coronada de Córdoba intercederá por los difuntos en el Cementerio de
San Rafael de la capital cordobesa.
Las palabras del Papa Pío XII se siguen haciendo
realidad:
Después de aquel día, 16 de
Julio de 1251, cuántas almas han debido –aun en circunstancias humanas
desesperantes- su suprema conversión y salud eterna al Escapulario de que se
han revestido. ¡Cuántas también, en los peligros de cuerpo y alma, gracias a
él, han experimentado la protección maternal de María! La devoción al
Escapulario ha hecho descender sobre el mundo una copiosa lluvia de gracias
espirituales y temporales.