3 nov 2012

LA VIRGEN DEL CARMEN CORONADA EN EL CEMENTERIO: EL SR. OBISPO PRESIDIÓ LA SANTA MISA.


La estampa era inusual. Era la primera vez que la imagen de la Virgen del Carmen Coronada entraba en el Cementerio de San Rafael, y lo hacía como Poderosa Intercesora por la Ánimas del Purgatorio, ocupando ese lugar que la fe popular y el magisterio de la Iglesia le ha otorgado desde la Bula Sabatina del Papa Juan XXII en el año 1322. Era tal vez la primera que una imagen de la Virgen entraba en el Cementerio de esta manera y en esta Solemnidad de los Santos.
            La Venerada Imagen del Carmen salía desde San Cayetano a las 10´00 horas para llegar a las puertas del Cementerio de San Rafael a las 11´45. Varios rosarios y cantos se sucedieron por un caminar lleno de plegaria y fervor. La luz del sol hacía brillar sus finas policromías dieciochescas. La expectación entre los fieles que entraban y salían del Cementerio se palpaba en sus miradas y comentaban impresionados: “¡La Virgen del Carmen está entrando en el Cementerio!”. Por entre los cipreses elegantes se asomaban los fieles para ver cómo pasaba entre los mausoleos y sepulturas de sus difuntos. Lágrimas en los ojos, rezos por sus seres queridos. La visión era espectacular. La Virgen parecía mirarse en sus representaciones en lápidas e imágenes.
            La Imagen se entronizó en la carpa preparada para la Eucaristía, todos querían tocar su capa, tocar su hábito, mirarle a los ojos. Se repartieron cientos de estampas con su oración impresa, todos querían una estampa de la Reina Coronada. Toda la carpa estaba repleta de fieles, varios centenares aguardaban la llegada del Sr. Obispo. Llegó puntual, se paró delante de la Virgen del Carmen Coronada y besó su capa, momentos de oración ante la Imagen que coronó hace pocos meses en la Catedral.
            Comenzó la Eucaristía, el Sr. Obispo estuvo muy cercano con todos aquellos fieles que, emocionados, recordaban a sus familiares y amigos difuntos. Brillaban sus ojos mirando a la Virgen del Carmen. En su homilía D. Demetrio tuvo palabras hermosas llamando a la santidad para todos, recordando el buen hacer cristiano de tantos hermanos que nos han precedido en el camino de la fe. También recordó el papel de la Virgen del Carmen como Abogada de los difuntos, en ese ayudarnos al paso del purgatorio a la vida eterna, porque en el cielo no se puede entrar con ninguna mota de pecado, dijo D. Demetrio, hay que entrar limpios de corazón. Y la miraba frecuentemente a Ella, a la que llamó Abogada de las Ánimas del Purgatorio.
            El Sr. Obispo agradeció a la Archicofradía y a los Carmelitas Descalzos el esfuerzo por acercar a la Virgen del Carmen hasta el Cementerio, “hace mucho bien a los fieles”, así lo expresó a los frailes y al hermano mayor.
            Al terminar la Eucaristía, la Santísima Virgen del Carmen regresó hacia San Cayetano, rodeada del fervor de sus hijos en medio del rezo del Santo Rosario. Sin duda, un día histórico, una estampa única, como recogía la prensa al día siguiente.