Llega julio y ni las altas temperaturas pueden con el calor devocional que envuelve a la Virgen del Carmen Coronada en el alto de la Cuesta de San Cayetano. Una iglesia conventual que se queda pequeña para celebrar los cultos más importantes del año, la Solemne Novena a la reina y Hermosura del Carmelo.
Ayer se vivía uno de los momentos principales de la Novena, el día que nos acompaña y preside el Sr. Obispo D. Demetrio Fernández, que se siente en su casa, bajo la mirada de la Madre. Nada más llegar y arrodillarse ante el Santísimo, se acercó para contemplarla de cerca, y quedarse en silencio, sin más palabras. En varios momentos de la Santa Misa la miró de nuevo y volvió a recrearse "en tan graciosa Belleza". En su homilía felicitó a la Archicofradía por los cultos, por la propagación de su devoción y por el cariño que se pone en Ella, "por lo hermosa que la habéis puesto".
Una noche de intensas emociones, en las palabras del Sr. Obispo, en la Bendición de los estrenos, en la entrega de la cruz con distintivo blanco por su servicio a España de D. Manuel Guzmán, en el brillo de los ojos de todos los fieles devotos mirando a la que es su Faro y Guía: la Estrella de los Mares.
De nuevo la Emperatriz Cordobesa bajó a su Monte Carmelo de la Cuesta.